Todo suele comenzar así, cuando somos convocados para una propuesta de jardín, este es el panorama con el que nos encontramos, y entre tantos elementos dando vuelta, materiales y caos propio de la obra, abstraerse e imaginar un espacio verde, es todo un desafío.
Pero les confieso que ese desafío desata en mi cabeza una tormenta de ideas que plasmen los deseos de los dueños de casa, sean funcionales al espacio y a las actividades que van a tener lugar allí.
Cuando todo va tomando forma, es grande la ansiedad de ver que todas esas ideas que fueron y vinieron se van reflejando en la realidad. Les cuento que suele ser un arduo trabajo de organización, entre entrega de materiales y consultas al servicio meteorológico, para el día elegido o a veces no tanto, para plantar y que todo funcione como se espera, sobre todo hay mucho de paciencia que hay que manejar, ya que los imprevistos suelen aparecer y darles solución es parte de este trabajo en equipo con el cual se respaldan los resultados.
Pero es grande la satisfacción de ver todo listo, que las ideas funcionan y al fin todo tiene su lugar destacado.
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